De uno de los ayudantes del presidente de nuestra misión aprendimos también una hermosa lección sobre la consagración. Se había decidido que uno de los misioneros regresara a casa antes de finalizar su misión porque había sido desobediente en varias ocasiones a pesar del consejo y de las repetidas advertencias que había recibido y los acuerdos que había hecho de seguir esos consejos. Ya se habían comprado los pasajes del avión y se había obtenido la aprobación pertinente de la Presidencia del Área Sudamérica Sur y del Departamento Misional para que el misionero regresara a su casa. Cuando los ayudantes hicieron pasar al misionero para su última entrevista, protestó enérgicamente y entre lágrimas dijo que no quería ir a casa. Prometió mejorar y dijo que firmaría todavía otro acuerdo. Desesperado, el presidente Oveson citó a su oficina a los dos ayudantes y a su esposa, la hermana Oveson, y pidió al élder que aguardara afuera mientras se estudiaban los posibles cursos de acción. La her...
"AQUÍ NO HALLARÁS LOS FRUTOS, SINO SÓLO LAS SEMILLAS."