Las palabras del rey Arturo, de la obra musical Camelot, haciendo eco, hallaron profundo significado en el distante desierto: “La violencia no es fortaleza, y la compasión no es debilidad”. Lo que contó el carcelero Kenyon J. Scudder hace brotar del corazón los mas tiernos sentimientos: En un coche de tren, un amigo suyo iba sentado junto a un joven que se sentía obviamente deprimido. Al fin, el joven le confió que había salido en libertad condicional de una cárcel distante, que su prisión había llenado de vergüenza a sus familiares y que ellos nunca le habían visitado ni escrito a menudo, pero que confiaba en que hubiera sido así solo porque eran muy pobres para viajar y no sabían escribir bien; que, pese a eso, esperaba que le hubiesen perdonado. Añadió que para facilitarles la situación les había escrito pidiéndoles que le pusieran una señal para cuando el tren en que viajaría pasara por su pequeña granja en las afueras de la ciudad. Si los familiares le habían perdonado, debían pon...
"AQUÍ NO HALLARÁS LOS FRUTOS, SINO SÓLO LAS SEMILLAS."