Si has sido víctima de este abuso, Satanás tratará de convencerte de que no hay solución, pero él sabe muy bien que sí la hay…, su estrategia es hacer todo lo posible para separarte de tu Padre y de Su Hijo. No permitas que Satanás te convenza de que nadie puede ayudarte.
Aun cuando te parezca difícil orar, arrodíllate y pídele al Padre Celestial que te dé la capacidad para confiar en Él y sentir el amor que tiene por ti. Ruega que llegues a saber que Su Hijo puede sanarte mediante Su misericordiosa expiación.
Si actualmente eres víctima de abuso, o lo has sido en el pasado, ten el valor de buscar ayuda. Es posible que se te haya amenazado o atemorizado fuertemente para que no reveles el abuso. Ten el valor de actuar ahora mismo; busca el apoyo de alguien en quien puedas confiar.
Tu obispo o presidente de estaca pueden darte valioso consejo y ayudarte con las autoridades civiles. Explica la forma en que se ha abusado de ti y revela quién lo ha hecho; pide protección. Lo que tú hagas puede ayudar a evitar que otras personas sean víctimas inocentes, con el sufrimiento que ello conlleva.
Obtén ayuda ahora mismo; no tengas miedo, ya que el miedo es un instrumento que Satanás utilizará para que sigas sufriendo. El Señor te ayudará, pero tú debes buscar esa ayuda.
No te desalientes si al principio el obispo vacila cuando reveles la identidad de la persona que cometió el abuso. Recuerda que los depredadores sexuales son hábiles para adoptar una apariencia de piedad ante los demás, con el fin de ocultar sus actos infames.
Ora para que seas guiado en tus esfuerzos para recibir ayuda. Ese apoyo llegará. Ten la seguridad de que el Juez Perfecto, Jesucristo, que tiene un conocimiento perfecto de lo ocurrido, hará responsables de cada acto indigno a todos los que cometan esa clase de abuso. Con el tiempo, Él aplicará plenamente las demandas de la justicia, a menos que haya un arrepentimiento completo.
Tu preocupación de que se haga justicia sólo atrasa tu recuperación y permite que la persona siga ejerciendo ese control abusivo; por tanto, debes dejar a cargo de las autoridades civiles y eclesiásticas el castigo por esos actos diabólicos.
Élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles
"a verdade polo carallo e o escribano que escriba"
ResponderEliminar