Un día de Junio, conversando con un amigo al hablarle me hizo recordar a José como padre, tal como lo aprendí de un apóstol cuando era comisionado de educación, José el elegido para enseñarle a Jesús en su taller de carpintero a trabajar y comprender quién era, y cuál sería su misión. José imagínense los sentimientos de el, al recorrer las calles de una ciudad desconocida, sin un amigo cerca que le tendiera la mano, ni ninguna otra persona que deseara hacerlo. En aquellas trascendentales horas que precede a un alumbramiento, con María recorrió 160 KM hasta Belén, debió haber derramado calladas lágrimas al contemplar el silencioso valor de su esposa y solos e inadvertidos, descender a un establo de animales. Limpiando el estiércol y la basura del establo; apresuradamente encontrando paja limpia y manteniendo los animales alejados de su esposa; quizá su mente estaba llena de preguntas como estas: ¿Podría un niño nacer en lugar más insalubre y más mezquino? ¿Es acaso éste un