
Un día, mientras esperaba el ómnibus en una esquina de la ciudad, levanté la vista y no pude creer lo que veía. Allí estaba la joven que había visto bailando en el salón de la universidad, y estaba parada junto a otra joven y a un muchacho a quien reconocí como un antiguo compañero de escuela.
Lamentablemente no podía acordarme de cómo se llamaba; pero tenía que tomar una decisión y pensé: "Esta decisión requiere valor. ¿Qué debo hacer?" En mi corazón reconocí el valor de aquella frase que dice: "Cuando llega él momento de la decisión, ya ha pasado el tiempo de la preparación".
Me paré lo más derecho que pude, reuní mi valor y me dirigí hacia mi oportunidad. Me acerqué al muchacho y le dije: "¡Hola, mi viejo amigo de los años de escuela!" El me saludó diciendo: "No recuerdo tu nombre". Se lo dije y él me dijo el suyo, y luego me presentó a la joven que más adelante llegaría a ser mi esposa.
Aquel día hice una anotación en mi agenda para visitar a Francés Beverly Johnson y así lo hice; esa decisión fue una de las más importantes que he tomado en mi vida.
Los jóvenes que están en ese tiempo particular de sus vidas tienen la responsabilidad de tomar decisiones semejantes.
Tienen la responsabilidad enorme de elegir con quién casarse . . . no elegir solamente con quién salir a pasear. El élder Bruce R. McConkie dijo:
"No hay nada más importante que casarse con la persona indicada, en el momento apropiado y en el lugar en que se debe hacer mediante la autoridad competente."
Es importante que haya seguridad de que cada uno está buscando la misma senda teniendo los mismos objetivos presentes.
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