" . . . Alguien ha dicho que el matrimonio es una proposición donde cada uno aporta el cincuenta por ciento. A primera vista parece ser una buena idea, cada una de las partes se encuentra con la otra a mitad de camino.
Pero en muchos matrimonios, ambos se detienen antes de llegar a la meta, entonces nuestras matemáticas indican que en lugar de tener un matrimonio del cincuenta por ciento por ambos lados tenemos uno del cuarenta.
Esto significa que no hay suficiente matrimonio para cubrir el territorio. "El mejor remedio para este problema, como para todos los otros, es el de la prevención. Necesitamos incluir en nuestros matrimonios un poquito más de la filosofía de 'andar la segunda milla', o la regla de oro', o 'volver la otra mejilla'
Con una mejor filosofía podremos construir un matrimonio del sesenta y sesenta o aun del cien y cien por ciento. Entonces aunque en ambas partes falta un poquito de interés por el otro, o esté un poquito herido, todavía habría calidad suficiente en el matrimonio para cubrir los requisitos y satisfacer todas las necesidades para triunfar . . .". . .
Cuando uno hace un viaje en automóvil; el vehículo debe tener un mínimo de cuatro ruedas, pero es también muy tranquilizador llevar una rueda demás por las dudas. O tal vez pueda tener suficiente dinero en el banco para cubrir sus cheques no pagados, pero tener el sueldo de algunos meses guardado como reserva le haría ver las cosas de otro color.
"Lo mismo sucede con el matrimonio. Un matrimonio del cincuenta y cincuenta por ciento es maravilloso, uno del ochenta y ochenta es mucho más seguro, pero uno del cien y cien por ciento es el que se merece el premio. Que el Señor nos bendiga siempre al edificar esta área de abundancia"
(Sterling W. Sill, "A Hundred-Hundred Marriage)
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