Ir al contenido principal

SOIS VUESTRO PROPIO OBSEQUIO



En un discurso, el hermano Richard L. Evans dijo:
"Delante de ti va un anciano que has de conocer. Se parece un poco a ti, habla y anda igual que tú. Tiene tu nariz, tus ojos, tu barba; y si te ama o te aborrece, te respeta o te desprecia, si está enojado o cómodo, se siente feliz o desdichado, depende de ti. Porque tú lo hiciste. Eres tú... hecho anciano."

Vosotros sois el obsequio que os daréis a vosotros mismos. Lo que hagáis con vuestra vida ahora, determinará lo que seréis en el mañana. La vida es todo lo que tenemos, pero cuando se piensa en ello, es una posesión de gran valor. Cuando abandonemos este mundo, todo lo que tenemos para llevar al venidero, son nuestra sabiduría y logros, ya sean buenos o malos. Si pudiésemos recordar esto cada día, quizás nos esforzaríamos más para ser mejores. Muchos de nosotros olvidamos el propósito de nuestra existencia porque nos encerramos en nuestra propia vida, nuestros gozos y pesares; pero el vivir es la única manera de aprender.

Uno de los problemas más importantes de la vida es aprender a congeniar con las personas con quienes nos asociamos. Una manera fácil para lograrlo es contemporizando principios, siguiendo el camino del mundo, cualquiera que éste sea, ya que el mundo tiene tantos caminos diferentes. Pero esta no es la manera debida. Es imposible satisfacer a todos; el abandonar los principios no es la solución al problema de congeniar con la gente. La contemporización es sencillamente la rendición y autotraición. Cualquier persona que se traicione a sí misma nunca será totalmente aceptada o respetada por nadie.

Frecuentemente, las demás personas nos juzgan, no porque consideran sus normas, sino las nuestras, por lo que saben que creemos. Cuando nos alejamos de nuestros propios principios, desanimamos y desilusionamos a la gente. El único modo de congeniar con otros es siendo lo que sabemos que debemos ser y haciendo lo que sabemos que debemos hacer, respetar y merecer respeto, sin traicionarnos a nosotros mismos al contemporizar nuestros principios. No debemos degradarnos por nadie, y no debemos sentirnos inferiores a otros simplemente porque éstos pueden hacer algunas cosas mejor que nosotros.

Cada persona ha sido bendecida con diferentes ideas, talentos, y capacidades; si Dios no hubiera hecho al hombre de esta manera, no podríamos progresar.Cuando un hombre ha logrado grandes éxitos,otros tienen la tendencia a pensar: "¡Qué hombre tan extraordinario! Quisiera poder ser como él." Pero en realidad no son hombres extraordinarios, sino simplemente hombres comunes como vosotros y yo, que han logrado grandes hazañas, por lo cual deben ser elogiados. Cada persona puede contribuir sobremanera a su propia capacidad, si sólo trata. No obstante, el hombre tiende a limitarse a sí mismo y lo que puede llevar a cabo, cuando establece una meta y se estanca después que la ha logrado, pensando que eso es lo mejor que puede lograr. Si establecemos nuestra meta un poco más alto cada vez que nos acerquemos a ella, no habrá límite respecto a dónde podremos llegar.

Algunas veces pensamos que seríamos felices si únicamente pudiéramos triunfar. Frecuentemente la felicidad se confunde con lo que a menudo llamamos triunfo, el cual no significa tener más y más de todo, y no es simplemente ir y obtener, sino que es adquirir lo que deseamos, si se trata de lo acertado. Es llegar adonde queremos llegar, si es el lugar apropiado. Difícilmente se podría decir que una persona ha triunfado si no es feliz, ni tampoco puede decirse que sea feliz si no posee integridad, trabajo, amor, autorrespeto y aprecio por las demás personas.

El ir, obtener y llegar no son tan esenciales como el saber que uno está en el sendero, en el camino recto. Todos tenemos problemas, temores, tribulaciones, y tenemos que aprender a vivir con ellos. No podemos permitir que nuestras inquietudes y aflicciones se interpongan en nuestro deseo de lograr lo que deseamos y lo que sabemos que es lo correcto.

Y lo hace, y tenemos que afrontarla aquí y ahora. No podemos desanimarnos siempre que las cosas no marchen como esperamos, y no podemos seguir huyendo de las cosas que nos disgustan, porque muy pronto se nos acabarán las fuerzas para continuar corriendo. Tenemos que vivir la vida, hacerle frente, honrarla, gozarla, adaptarnos a ella y hacer lo que esté de nuestra parte respecto a las cosas que nos disgustan. Tenemos que tener fe en lo futuro y llevar todo a cabo utilizando al máximo nuestras habilidades. Verdaderamente todo nuestro futuro depende de ello. Como nos hizo ver el hermano Evans, esa persona que va delante de mí en realidad soy yo. Nosotros somos nuestro propio obsequio.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"YO HE SIDO MISIONERO”

CUANDO LAS SOMBRAS DE LA NOCHE LLEGUEN Y YA TE ENCUENTRES LEJOS CUANDO EL ADIÓS DE NUESTROS LABIOS SEAN UN CALIDO RECUERDO RECIÉN COMPRENDERÁS QUE HA COMENZADO EL ESTRECHO SENDERO DE LA ETAPA MAS BUENA DE TU VIDA LA DE SER MISIONERO CUANDO ESA GENTE HASTA HOY DESCONOCIDA LLEVES EL EVANGELIO CUANDO QUIZÁS LAS PUERTAS SE TE CIERREN RUIDOSAS… O EN SILENCIO CUANDO IMPOTENTES Y SENTIDAS LAGRIMAS SURQUEN TU ROSTRO TENSO RECIÉN SABRÁS SI ESE, TU TESTIMONIO Y TU PROFUNDA FE SON VERDADERAS CUANDO TUS PIES SOPORTEN LAS AMPOLLAS Y NO TE IMPORTE EL VIENTO NI LA LLUVIA, NI EL FRIÓ QUE CASTIGUEN IMPLACABLES TU CUERPO CUANDO SOLO EL SEÑOR SEA TU META Y ÚNICO PENSAMIENTO RECIÉN COMPRENDERÁS CON MUCHO GOZO QUE EN CRISTO ESTAS CRECIENDO CUANDO PASEN LOS DÍAS Y LOS MESES Y QUIERAS DETENERLOS PORQUE COMPRENDES QUE EL OBRAR POR CRISTO Y EL VIVIR POR CRISTO ES LO MAS BELLO CUANDO SIENTAS QUE ES COMO SI ESTALLARA TODO EL CAUDAL DEL AMOR QUE LLEVAS DENTRO RECIÉN COMPRENDERÁS QUE ESTA EL ESPÍRITU DENTRO DE TI

Que significa 'Ningún éxito puede compensar el fracaso en el hogar"

Después de una de nuestras recientes sesiones de la Conferencia General, una madre preocupada se aproximó a mí y me dijo: "Necesito saber qué es lo que significa la declaración: 'Ningún éxito puede compensar el fracaso en el hogar" (por el presidente David O. McKay) Sabiendo algo acerca de los problemas que esta amiga mía cargaba sobre sus hombros y su corazón como consecuencia de una hija rebelde y descarriada, compartí la siguiente explicación con ella: "Creo que comenzamos a fracasar en el hogar cuando nos damos por vencidos el uno para con el otro. No creo que hayamos fallado hasta que abandonamos los esfuerzos. Mientras permanezcamos trabajando y esforzándonos diligentemente, con amor, paciencia y longanimidad, a pesar de las dificultades o de la aparente falta de progreso, no seremos clasificados como fracasos en el hogar. Sólo comenzamos a fallar cuando nos damos por vencidos con un hijo, hija, madre o padre. Elder Marvin J. Ashton

Los padres de vuestros hijos

DIOS ha dado este consejo que se remonta a lo más recóndito de la memoria del hombre: "Honra a tu padre y a tu madre,para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da,'"Éxodo 20:12. En este sentido, honrar podría significar muchas cosas: amarlos, estimarlos respetarlos; confiar en ellos, aceptar sus consejos, cuidarlos; vivir de una manera útil, justa y moral, Honrar podría significar aprender las lecciones que los padres han aprendido y aun evitar los errores que ellos hayan cometido. Y existe evidencia de que aquellos que honran a sus padres han alargado su paz y felicidad, en la vida, con una satisfacción profunda, y permanente , . . lo cual es algo digno de considerarse. Y ahora volvámonos por un momento hacia los jóvenes, hacia los que aún no han contraído matrimonio, a aquellos que tienen familias jóvenes y a los que todavía tienen la bendición de tener más hijos; para éstos, pronunciamos estas dos frases del élder Tanner: "Los padres que debé