Oyendo tantas voces que reclaman nuestro tiempo, puede que a veces nos sintamos deprimidos y nos preguntemos:"¿Cuándo terminará esto?" Terminará cuando aceptemos el hecho de que salir adelante con los problemas es parte de la vida, cuando no tratemos de escapar'de ellos sino de enfrentar la realidad y ser felices viviendo cada día como se presente.
En relación con esto, podemos hacer una comparación: Cuando un ciclista pedalea, la bicicleta avanza, y él se mantiene en balance; pero si no pedalea, pierde el equilibrio y cae.
Lo mismo sucede cuando nos sentimos deprimidos o desorientados. Si permanecemos inactivos esperando que se acallen las muchas voces que reclaman nuestro tiempo, comenzaremos a compadecernos de nosotros mismos y nuestra perspectiva se distorsionará. Si en cambio estamos en movimiento y actividad, esto nos ayudará a que nuestra vida sea productiva y se encauce correctamente.
Para encontrar armonía en la vida, debemos aprender a controlar los distintos llamados que reclaman nuestro tiempo.
Consideremos la similitud con un director de coro. Un buen director tiene muchas voces diferentes que cantan contralto, soprano, bajo y tenor; aunque cada cantante puede ser un vocalista excelente, si cada uno de ellos cantara su canción favorita tan alto como quisiera sin considerar alos demás, el resultado sería ruido en lugar de música.
El coro es hermoso cuando el director ayuda a cada cantante a entrar en el tiempo justo, cantando con la expresión y el volumen correctos. Teniendo control sobre la virtud especial da cada vocalista, el director convierte la confusión en un himno melódico y armonioso.
Pasa exactamente lo mismo con las distintas "voces que reclaman" en nuestra vida: familia, genealogía, orientación familiar, obra misional, asignaciones de bienestar, obra en el templo reuniones, responsabilidades cívicas, vecinos y profesión. En vez de permitir que estas voces todas ellas buenas determinen su himno favorito y su volumen, el Señor espera que cada uno de nosotros sea el director de su propia vida. Fue El quien dijo a José Smith: "Porque el poder está en ellos, por lo que vienen a ser sus propios agentes." (D. y C. 58:28.)
Y ya sea el resultado un ruido desentonado o una música armoniosa, dependerá de la forma en que nosotros guiemos las diferentes voces y las hagamos entrar en el momento apropiado y con el volumen requerido. Tenemos la responsabilidad de utilizar la inspiración para controlar el balance.
Al hacer uso de nuestro libre albedrío, la responsabilidad máxima descansa sobre nuestros hombros.
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