Ahora bien, últimamente he pensado mucho en ustedes jóvenes que están en edad de casarse pero que no han sentido el deseo de hacerlo. Veo que hay jóvenes encantadoras que desean casarse y criar una familia; sin embargo, sus oportunidades se ven limitadas porque hay tantos varones jóvenes que están postergando el matrimonio.
Esta situación no es nueva. Es mucho lo que han dicho sobre este tema los presidentes anteriores de la Iglesia. Compartiré con ustedes sólo uno o dos ejemplos de lo que aconsejaron.
Dijo el presidente Harold B. Lee: “…no estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad como poseedores del sacerdocio si dejamos pasar la edad de casarnos y nos abstenemos de casarnos de manera honorable con una de estas adorables jóvenes” .
El presidente Gordon B. Hinckley dijo lo siguiente: “Mi corazón se enternece por… las hermanas solteras que deseen casarse y no encuentran con quién hacerlo… Tengo mucho menos lástima de los jóvenes, que bajo las costumbres de nuestra sociedad tienen el privilegio de tomar la iniciativa en esos casos y sin embargo muchas veces no lo hacen” .
Soy consciente de que hay muchas razones por las cuales pueden estar dudando en cuanto a tomar el paso de casarse. Si les preocupa el proveer económicamente para una esposa y una familia, permítanme asegurarles que no tiene nada de bochornoso el que una pareja sea frugal y economice. Por lo general, es durante estas épocas desafiantes que se unirán más como pareja al aprender a sacrificarse y tomar decisiones difíciles. Tal vez tengan miedo de tomar la decisión equivocada, a lo cual les digo que tienen que ejercer fe. Busquen a alguien con quien sean compatibles. Reconozcan que no les será posible anticipar cada reto que se pueda presentar; pero estén seguros de que pueden solucionar casi todo si son ingeniosos y están dedicados a hacer que el matrimonio salga adelante.
Tal vez estén divirtiéndose demasiado al estar solteros, tomando vacaciones extravagantes, comprando automóviles y juguetes costosos, y básicamente gozando de una vida despreocupada con los amigos. Me he topado con grupos de ustedes que salen juntos, y admito que me he preguntado por qué no están con las jovencitas.
Hermanos, llega el momento en que hay que pensar seriamente en casarse y buscar una compañera con la que quieran pasar la eternidad. Si escogen con prudencia, y si están dedicados al éxito del matrimonio, no hay nada en la vida les traerá más felicidad.
Cuando se casen, háganlo en la casa del Señor. Para los que poseen el sacerdocio no debería haber otra opción. Tengan cuidado, no sea que dejen de ser dignos de poder casarse allí. Pueden mantener el cortejo dentro de los límites adecuados y aun así pasarlo muy bien.
Pdte Thomas S. Monson - Sesion del sacerdocio Abril 2011
muy bueno,, lo tienes completo.
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