Hay una breve máxima del poeta Virgilio, que dice: "Perseverad y conservaos para los días de felicidad".Llegan ocasiones en que nos parece que no podemos perseverar; que no podemos hacer frente a lo que nos espera más adelante; que no podemos vivir con las desilusiones y los problemas; que no podemos soportar la pesada carga. Pero estas ocasiones vienen y van, según pasan por su ciclo nuestro valor y circunstancias
del punto más alto, al más bajo, al más alto—y es en el punto bajo cuando tenemos que perseverar; cuando tenemos que sostenernos hasta que se desvanecen las sombras, hasta que la carga es aliviada.
"Nadie podría soportar la adversidad declaró Séneca si mientras continuase, retuviera la misma violencia que en la embestida inicial". Las personas suelen proferir un ultimátum. Dicen que no pueden o que no van a tolerar esto o aquello, ni un momento más. "Hasta aquí llegó. . . no quiero más". Estas ocasiones pueden compararse a un cortacircuitos, al fusible que se funde cuando la corriente no es suficiente para la carga.
A veces realmente dudamos si podemos soportarlo; pero hay ciertos elementos inherentes y descubrimos que el alma humana, es decir, el espíritu, el cuerpo, el alma del hombre, tienen elasticidad. Hay en todos nosotros más fuerza inherente de lo que a veces suponemos; y lo que en otro tiempo dijimos que no podíamos tolerar o sobrellevar, descubrimos que de alguna manera lo estamos haciendo o soportando, a medida que el tiempo, los reajustes, y en ocasiones el apremio de la necesidad, modifica nuestro concepto de las cosas que valen la pena, junto con nuestra
actitud, y encontramos en nosotros mismos fuerza y resistencia y recursos
ocultos.
"¡La vida es real! La vida es en serio" dijo el poeta; y el hacer frente a los hechos, el ajustarse a la vida no siempre es fácil. Pero antes de darnos por vencidos debemos considerar de la manera más seria precisamente qué es lo que vamos a dar por vencido, qué es lo que vamos a hacer.
El antiguo refrán de "saltar de la sartén y dar en las brasas" tiene un profundo significado. Pues bien, hasta aquí la lección: meditar, revalorar, darse tiempo para la esperanza y la fe y la fuerza para volver, recordando lo que dijo Solón: "Si todos los hombres reuniesen sus miserias en un solo lugar, la mayoría gustosamente volvería a cargar con la suya hasta su casa otra vez". "Perseverad y conservaos para los días de felicidad".
por Richard L. Evans "Perseverad.. . "Para los días de felicidad"
Comentarios
Publicar un comentario