Ir al contenido principal

Encontrarte como un espectador



Hay un verso Anónimo, citado por Richard L. Evans en“The Quality of Kindness”, Improvement Era, mayo de 1960, pág. 340, que dice:

Muchas veces he llorado,
por la falta de visión,
que frente a la necesidad de otros
me cegó;
pero jamás mi alma ha sentido
un dejo de tristeza
porque dentro de mi pecho
exista un gran corazón

“Es difícil para los que son jóvenes entender la soledad que se siente cuando la vida cambia de una época en la que te preparas para vivir y trabajar, a otra en la que aminoras tu participación en la vida… Ser por tanto tiempo el centro de un hogar, ser una persona a la que siempre se recurría, y entonces, casi de repente, encontrarte como un espectador, ver la vida pasar frente a ti… eso es vivir en la soledad… Se tiene que vivir mucho tiempo para apreciar lo vacía que está una habitación que sólo está llena de muebles; se necesita a alguien… que no sea personal asalariado o que no tenga deberes profesionales en un hogar de ancianos, para que avive los recuerdos del pasado y los mantenga vibrantes en el presente… No podemos devolverles las horas matinales de la juventud, pero podemos ayudarlos a vivir en el cálido brillo de un atardecer que se embellece más con nuestra bondad… y amor sincero”

Richard L. Evans, “Living into Loneliness”, Improvement Era, julio de 1948, pág. 445.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Llamados por revelación o desesperación...?

Quisiera considerar aquí el silencioso milagro que tiene lugar en el llamamiento de los miembros a determinados cargos, y su respuesta al mismo. Esta semana tuvimos una reunion general del Sacerdocio donde sostuvimos a un nuevo Consejero de Estaca, Secretario de Estaca y 06 nuevos miembros del sumo consejo. Siempre me siento más humilde ante éste, el milagro del procedimiento que se sigue en la Iglesia para efectuar un llamamiento, y el testimonio cuando lo recibimos y respondemos a él.En 02 oportunidades fui llamado a presidir una unidad y he participado en llamamientos de Obispos y es necesario considerar cuidadosamente la necia idea a veces de alguien que piese que no haya inspiración en esto. Quisiera compartir para ilustrar esto, la importante lección que aprendí; de Boyd K. Packer que en aquel entonces era miembro del sumo consejo de una estaca, y en una ocasión su presidente de la estaca había presentado en su reunión el nombre de un hombre, al cual se deseaba llamar a un cargo...

"YO HE SIDO MISIONERO”

CUANDO LAS SOMBRAS DE LA NOCHE LLEGUEN Y YA TE ENCUENTRES LEJOS CUANDO EL ADIÓS DE NUESTROS LABIOS SEAN UN CALIDO RECUERDO RECIÉN COMPRENDERÁS QUE HA COMENZADO EL ESTRECHO SENDERO DE LA ETAPA MAS BUENA DE TU VIDA LA DE SER MISIONERO CUANDO ESA GENTE HASTA HOY DESCONOCIDA LLEVES EL EVANGELIO CUANDO QUIZÁS LAS PUERTAS SE TE CIERREN RUIDOSAS… O EN SILENCIO CUANDO IMPOTENTES Y SENTIDAS LAGRIMAS SURQUEN TU ROSTRO TENSO RECIÉN SABRÁS SI ESE, TU TESTIMONIO Y TU PROFUNDA FE SON VERDADERAS CUANDO TUS PIES SOPORTEN LAS AMPOLLAS Y NO TE IMPORTE EL VIENTO NI LA LLUVIA, NI EL FRIÓ QUE CASTIGUEN IMPLACABLES TU CUERPO CUANDO SOLO EL SEÑOR SEA TU META Y ÚNICO PENSAMIENTO RECIÉN COMPRENDERÁS CON MUCHO GOZO QUE EN CRISTO ESTAS CRECIENDO CUANDO PASEN LOS DÍAS Y LOS MESES Y QUIERAS DETENERLOS PORQUE COMPRENDES QUE EL OBRAR POR CRISTO Y EL VIVIR POR CRISTO ES LO MAS BELLO CUANDO SIENTAS QUE ES COMO SI ESTALLARA TODO EL CAUDAL DEL AMOR QUE LLEVAS DENTRO RECIÉN COMPRENDERÁS QUE ESTA EL ESPÍRITU DENTRO DE TI ...

JOSÉ: El más digno de todos los mortales

Como padre, he pensado muchas veces en José, ese hombre fuerte y silencioso, casi desconocido, que debió de haber sido el más digno de todos los mortales para ser el padre adoptivo del Hijo viviente de Dios. Fue José el elegido entre todos los hombres para enseñar a trabajar a Jesús; fue José quien le enseñó los libros de la Ley; fue José quien, en la soledad del taller, le ayudó a comenzar a comprender quién era Él y lo que llegaría a ser. Con lo que José debió de haber sentido al caminar por las calles de una ciudad desconocida, sin amigos ni familiares cerca, sin nadie que estuviera dispuesto a tenderle una mano. En esas últimas y más dolorosas horas de su "confinamiento", María cabalgó o caminó aproximadamente ciento sesenta kilómetros, desde Nazaret en Galilea, hasta Belén en Judea. Con toda seguridad, José debió haber llorado ante la valentía silenciosa de ella. Y solos, sin que nadie se percatara de su situación, rechazados por los seres humanos, tuvieron que ir a un...