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DOS DE LA EDADES MÁS PELIGROSAS DEL MATRIMONIO



Las estadísticas son generalmente mal interpretadas y a veces tratan de ser tan exactas que desfiguran la realidad. Sin embargo, hay una que debemos considerar seriamente debido a sus exorbitantes características.

Nos referimos a las estadísticas sobre matrimonio y divorcio. Los divorcios ocurren generalmente en dos períodos. UNO DE ELLOS ES EN LOS MATRIMONIOS ENTRE ADOLESCENTES, QUE SE CASAN SIN ESTAR PREPARADOS. Y EL OTRO ES EN EL PERÍODO DE "DIEZ AÑOS DESPUÉS DEL CASAMIENTO". Este último es casi siempre el más triste, debido a que el hogar se deshace, los niños son separados y el trabajo de años queda anulado.

De estos hogares resultan niños inadaptables que luego dan paso a delincuentes juveniles, lo cual constituye un verdadero problema en nuestra época.

Los matrimonios entre adolescentes son los más inestables y por lo tanto los que más tienen que evitarse. Los padres deben enseñar a sus hijos desde temprana edad a elegir sus amistades, destacándoles hasta dónde puede conducirles un mala amistad.

Deben mostrarles los peligros de casarse demasiado jóvenes y hacerles ver que son muchas las consecuencias de este tipo.de matrimonio, como por ejemplo el abandono de los estudios, la escasez de buenos empleos o el vivir el resto de sus vidas atados a la pobreza. Otros de los problemas de estos matrimonios muy jóvenes es el depender de los padres, lo que acarrea una serie de incompatibilidades que también conducen al divorcio.

Los entendidos en la materia coinciden que tanto en los matrimonios muy jóvenes, como en los que tienen más de diez años de casados, EL PRINCIPAL OBSTÁCULO ES LA INCOMPATIBILIDAD. Un psiquiatra que estudió el tema del divorcio; presentó el ejemplo de una pareja que ha estado casada por más de cincuenta años.

Este matrimonio nos aconseja sobre la mejor manera de lograr la felicidad: "CREEMOS QUE ES MENESTER VIVIR SINCERAMENTE. NOSOTROS NUNCA HEMOS TENIDO SECRETOS, DESDE QUE NOS CASAMOS. "Si queremos tener una vida matrimonial satisfactoria, debemos ser condescendientes con nuestro cónyuge y sus puntos de vista.

"No debemos, casarnos muy jóvenes. CUANDO SOMOS ADOLESCENTES SÓLO PENSAMOS EN LA DIVERSIÓN QUE PODEMOS ENCONTRAR EN EL MATRIMONIO. PERO ÉSTE, NO ES SÓLO DIVERSIÓN. "Sí todos esperásemos a madurar para casarnos, entonces el divorcio no existiría".

Es verdad. El divorcio desaparecería si aprendiéramos a allanar las dificultades juntos, con comprensión y respeto, si aplicáramos siempre en nuestro hogar la Regla de Oro, el principio del amor. Este amor debe existir en cada familia y si así no ocurre, el esposo o la esposa deben consultar al "doctor".

El doctor puede ser el Obispo, el maestro orientador o un buen amigo. No importa quien, pero debemos buscarlo cada vez que lo necesitemos. Sin embargo, debemos ASEGURARNOS DE QUE SERÁ REALMENTE UNA BUENA AYUDA; alguien que nos sepa aconsejar. Y generalmente encontraremos a. ese alguien en los círculos de la Iglesia.

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