
"Para la información de las personas que se encuentren en la congregación o de las personas que nos escuchen por la radio y que no comprendan este procedimiento, explicaré en breve de qué se trata.
"En esta Iglesia, el poder de nombrar o llamar a un oficio no lo tienen los miembros de la Iglesia como grupo.
Las Autoridades Generales de la Iglesia tienen esta autoridad y el Presidente de la misma tiene el poder máximo, puesto que está en esa posición por revelación. En efecto, nuestros Artículos de Fe que son más o menos el equivalente de los credos de otras Iglesias lo declaran:"Creemos que el hombre debe ser llamado de Dios por profecía y la imposición de manos, por aquellos que tienen la autoridad para predicar el evangelio y administrar sus ordenanzas.'
"Una vez que la autoridad que preside ha 'nominado', o escogido o llamado a cualquier hombre a un cargo en la Iglesia, entonces se presenta su nombre a la Iglesia para ser sostenido, es decir, en el lenguaje político, 'elegido'.
"Por lo tanto, el cuerpo de la Iglesia no tiene ningún poder para llamar o 'nominar', sino sólo el poder de sostener o, hablando políticamente, el poder de 'votar'."
Cuando la autoridad que preside presenta a cualquier persona a una congregación de la Iglesia para que se le sostenga, el único poder que tiene esta asamblea es el de votar, levantando la mano, ya sea para sostener o para rechazar. "Obviamente, ni una congregación de la Iglesia ni sus miembros en general pueden proponer que se llame a otros hombres a ocupar un cargo, porque únicamente la autoridad que preside tiene el derecho de hacer llamamientos.
"Por tanto, los debates, las proposiciones de otros nombres y las discusiones sobre el mérito o la dignidad de un candidato están totalmente fuera de orden en una asamblea de la Iglesia.
Cualquier persona que intentara hacerlo a fin de interrumpir tales procedimientos sería un perturbador de la paz pública, responsable ante los oficiales de la ley y, por supuesto, sería tratada de acuerdo con ello.
"A continuación, someteremos el nombre de las Autoridades Generales de la Iglesia al voto de sostenimiento ante este gran grupo del sacerdocio y la congregación de la Iglesia.
"Esta es una ceremonia solemne. Vosotros, miembros de la Iglesia, estáis ejerciendo uno de los más grandes privilegios que tenéis."
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