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Los venenos del éxito



Es bastante conocido el caso del hombre que incendió su casa para exterminar un par de molestos ratones que se habían introducido en ella. Realmente, no necesitamos grandes cantidades de ratones para destruir nuestra habilidad para dirigir.

No es necesario tener todas las enfermedades para morir. Vale decir que si tenemos cáncer, no será menester que contraigamos también la influenza, la tuberculosis, la diabetes, apoplejía u otros males para morir, puesto que cualquiera que sufra de cáncer en cualquier parte de su cuerpo puedo morir aunque el resto del mismo este completamente sano.

Y continuando con lo aprendido de Sterling W. Sill, en nuestros esfuerzos por triunfar, es muy importante tener un buen método de adición por medio del cual ir acumulando constantemente las buenas cualidades de la industriosidad, la valentía, la buena disposición, ‘la confiabilidad, la meditación y el planeamiento. Podríamos aun aprender a multiplicar nuestras habilidades. Si un misionero realiza una doble actividad, obtendrá cuatro veces más conversos; y si trabaja tres veces más, obtendrá nueve veces mejor resultado.

No obstante, no interesa cuan eficaz un buen director pueda ser en la adición o en la multiplicación de sus habilidades, no alcanzará un verdadero éxito hasta que no lleve también a la práctica el sistema de la substracción de los elementos nocivos a su personalidad. Es importante sembrar una virtud, pero más lo es el extirpar los vicios, defectos y malos hábitos, porque éstos, como la cizaña u otras hierbas malas, no demoran en infestar el lugar en que se desarrollan y en ahogar o expulsar todo otro elemento opuesto que les rodee.

Y este problema se agiganta cada vez más porque las faltas y las debilidades se adquieren tan fácilmente que rara vez nos damos cuenta de cuándo esto sucede. Aunque pensamos que nadie toleraría uno solo de estos venenos del éxito, solemos decir frecuentemente: "Y. . . cada cual tiene sus defectos." Emerson ha dicho: "Hay una grieta en todo lo que Dios ha creado; vale decir que, aunque el hombre posee sus propias fuerzas naturales, también tiene una vena potencial de debilidad por donde resulta especialmente vulnerable a todo ataque externo." Por consiguiente, el secreto importante del éxito se encuentra más fácilmente en un saludable sistema de eliminación de defectos que en cualquier otro procedimiento de adquisición de nuevas Virtudes.

Es necesario que sepamos cómo contrarrestar los venenos. Necesitamos saber cómo evitar que una mosca caiga dentro de nuestra sopa.

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