Es mucho mejor terminar un compromiso que un matrimonio

Son muchos los obispos que pueden testificar que hay demasiadas situaciones penosas en que los novios desatendieron las señales de peligro sociales y emocionales durante el noviazgo con la vana esperanza de que las cosas mejorarán después del matrimonio. Es mucho mejor terminar un compromiso que un matrimonio. No hay comparación entre las inconveniencias o momentos embarazosos temporarios de cancelar una boda y el dolor perdurable de un matrimonio fracasado.

El presidente McKay recalcó este hecho:“Para escoger a vuestro compañero o compañera,es necesario estudiar el carácter, las características heredadas y las enseñanzas recibidas por aquél con quien contempláis recorrer los senderos de la vida. Podéis ver lo necesario que es buscar las cualidades de honradez, de lealtad, castidad y reverencia. Pero después de haberlas encontrado, os preguntáis: ‘¿Cómo sabré si hay afinidad entre nosotros, ese algo que hará que por lo menos seamos compatibles? ¿Hay alguna guía?’ Aunque el amor no siempre es una guía fidedigna, especialmente si ese amor no es recíproco o si se le entrega a una persona no merecedora de él, aun así, seguramente no habrá felicidad donde no haya amor. Pues bien, me preguntaréis: Entonces, ‘¿cómo podré saber si estoy enamorado?’

“Esa es una pregunta sumamente importante. Cuando estaba en la secundaria, un compañero de estudio y yo consideramos esa misma pregunta una noche mientras caminábamos juntos. Como suelen hacerlo los chicos de esa edad, hablábamos acerca de las jovencitas, pero ni él ni yo sabíamos si estábamos enamorados. Claro que entonces aún no había conocido a la que ahora es mi esposa. En respuesta a mi pregunta: ‘¿Cómo podemos saber si estamos enamorados o no?’, mi compañero expresó: ‘Mi madre me dijo una vez que si conocía a una chica en cuya presencia sintiera el deseo de superarme, y que me inspirara a hacer lo mejor de mi parte y a explotar mi potencial, esa jovencita era digna de mi amor y capaz de despertarlo en mi corazón’.

“Os presento esas palabras como una guía confiable. En la presencia de la chica a quien verdaderamente amáis no sentís la necesidad de rebajaros; en su presencia no intentáis aprovecharos de ella; en su presencia sentís que os gustaría ser todo lo que puede llegar a ser un hombre ejemplar, ya que ella os inspirará para que alcancéis ese ideal. Y os pido a vosotras, jovencitas, que sigáis esa misma guía. ¿Qué inspira en vosotras cierto joven?... Si un joven os acompaña después de una reunión o un baile, y muestra cierta inclinación por usaros como conveniencia o como medio de gratificación personal, entonces sabed que no lo motiva el amor.

“Bajo tales circunstancias, no importa cuán fascinadas estéis con él, señoritas, no importa cuán confiadas estéis en que lo amáis, dejad que el buen juicio impere y domine vuestros sentimientos. Quizás os cause tristeza el no seguir la inclinación de vuestro corazón, pero es mejor sufrir un poco en la juventud que sufrir la tortura más tarde.”
(Gospel Ideals. Salt Lake City, Improvement Era, 1953, págs. 459-460.)