Ir al contenido principal

Preparandome para enfrentar mis Goliats 2011



Cuando yo pienso en David, me gusta recordarlo como al muchacho recto que tuvo el valor y la fé de enfrentar vicisitudes infranqueables, mientras que otros se mostraban vacilantes, y de redimir el nombre de Israel y enfrentarse con aquel gigante de su vida: Goliat, de Gat.

Bien podríamos evaluar detenidamente nuestra vida y sopesar nuestro valor y fe. ¿Tenéis que enfrentaros con algún Goliat?¿Tengo yo que enfrentarme con algún Goliat? ¿Se interpone ese Goliat entre vosotros y la felicidad que deseáis? Quizás vuestro Goliat no lleve consigo una espada, ni os insulte en público para obligaros a tomar una decisión a causa de la vergüenza de que otros escuchen el desafío.

Tal vez no mida tres metros de altura, pero es probable que se os presentará en una forma igualmente formidable, y el callado desafío que os extienda os podrá acarrear abochornamiento.

Para unos el Goliat se verá representado en el subyugante vicio del cigarrillo o en el insaciable deseo de ingerir alcohol.Para otros quizás se manifieste en el defecto de una lengua desenfrenada o en un egoísmo que cause despreciar a los pobres y a los oprimidos.La envidia, la codicia, el temor, la pereza, la duda, el vicio,el orgullo, la lascivia, el egoísmo, el desaliento: todos estos pueden constituirse en los Goliats de nuestra vida.

Ese gigante que nos corresponda enfrentar nunca disminuirá de tamaño ni perderá poder o fuerza con simplemente tener el deseo o la esperanza de que lo haga. Por el contrario, su poder y control sobre nosotros aumentará a medida que nos mostremos débiles.

La batalla para salvar nuestra alma no es de menor importancia que la que peleó David. Nuestro enemigo no es menos temible que aquel gigante, ni la ayuda del Dios Todopoderoso se encuentra a una distancia mayor que la que tuvo que salvar aquel muchacho.

¿De qué manera procederemos nosotros? Al igual que los motivos de aquel pastor de antaño, nuestra causa es justa. Se nos ha puesto en esta tierra no para fracasar ni ser víctimas de las tentaciones, sino para triunfar. Debemos conquistar a nuestro gigante; debemos vencer a nuestro Goliat

Así como David se dirigió al arroyo y buscó deliberadamente cinco piedras lisas, nosotros también debemos recurrir a nuestro manantial: el Señor. ¿Cuáles piedras lisas seleccionaréis para derrotar al Goliat que está mermando vuestra felicidad y robándoos de grandes oportunidades? Permitidme daros algunas sugerencias.

PRIMERO, BUSCAD LA PIEDRA DEL VALOR, Al examinar lasmcaracterísticas de los distintos desafíos de la vida, nos damos cuenta de que lo que resulta fácil de obtener muy raras veces es correcto. De hecho, el curso que nos corresponde seguir algunas veces nos parece imposible, inasequible y sin esperanzas. No se puede prescindir de la piedra del valor.

LA SEGUNDA PIEDRA ES LA DEL ESFUERZO. Me refiero al esfuerzo físico y mental. La decisión de eliminar alguna de nuestras faltas o de corregir algún punto débil es uno de los pasos implícitos del procedimiento que se sigue para lograrlo.

OTRA DE LAS PIEDRAS NECESARIAS ES LA DE LA HUMILDAD. Por medio de revelación divina se nos ha dicho que cuando somos humildes, el Señor, nuestro Dios, nos llevará de la mano y contestaránuestras oraciones (véase D. y C. 112:10).

Y AHORA, ¿HAY QUIEN SE ATREVA A SALIR A COMBATIR A SU GOLIAT SIN LA PIEDRA DE LA ORACIÓN? El reconocer a un poder más grande que el de uno mismo no significa, en manera alguna, auto degradarse, sino más bien sirve de exaltación.

FINALMENTE, RECOJAMOS LA PIEDRA DEL AMOR AL DEBER. Para cumplir con nuestro deber no basta simplemente con hacer lo que tenemos que hacer, sino en realizarlo cuando corresponde, nos guste o no.

Una vez armados con esas cinco piedras para lanzarlas con la poderosa honda de la fe, sólo nos queda tomar el cayado de la virtud que nos sostenga, y estaremos listos para enfrentarnos con el gigante Goliat, dondequiera, cuando quiera y como quiera que lo encontremos.

por el Presidente Thomas S. Monson

Comentarios

Entradas populares de este blog

"YO HE SIDO MISIONERO”

CUANDO LAS SOMBRAS DE LA NOCHE LLEGUEN Y YA TE ENCUENTRES LEJOS CUANDO EL ADIÓS DE NUESTROS LABIOS SEAN UN CALIDO RECUERDO RECIÉN COMPRENDERÁS QUE HA COMENZADO EL ESTRECHO SENDERO DE LA ETAPA MAS BUENA DE TU VIDA LA DE SER MISIONERO CUANDO ESA GENTE HASTA HOY DESCONOCIDA LLEVES EL EVANGELIO CUANDO QUIZÁS LAS PUERTAS SE TE CIERREN RUIDOSAS… O EN SILENCIO CUANDO IMPOTENTES Y SENTIDAS LAGRIMAS SURQUEN TU ROSTRO TENSO RECIÉN SABRÁS SI ESE, TU TESTIMONIO Y TU PROFUNDA FE SON VERDADERAS CUANDO TUS PIES SOPORTEN LAS AMPOLLAS Y NO TE IMPORTE EL VIENTO NI LA LLUVIA, NI EL FRIÓ QUE CASTIGUEN IMPLACABLES TU CUERPO CUANDO SOLO EL SEÑOR SEA TU META Y ÚNICO PENSAMIENTO RECIÉN COMPRENDERÁS CON MUCHO GOZO QUE EN CRISTO ESTAS CRECIENDO CUANDO PASEN LOS DÍAS Y LOS MESES Y QUIERAS DETENERLOS PORQUE COMPRENDES QUE EL OBRAR POR CRISTO Y EL VIVIR POR CRISTO ES LO MAS BELLO CUANDO SIENTAS QUE ES COMO SI ESTALLARA TODO EL CAUDAL DEL AMOR QUE LLEVAS DENTRO RECIÉN COMPRENDERÁS QUE ESTA EL ESPÍRITU DENTRO DE TI

Que significa 'Ningún éxito puede compensar el fracaso en el hogar"

Después de una de nuestras recientes sesiones de la Conferencia General, una madre preocupada se aproximó a mí y me dijo: "Necesito saber qué es lo que significa la declaración: 'Ningún éxito puede compensar el fracaso en el hogar" (por el presidente David O. McKay) Sabiendo algo acerca de los problemas que esta amiga mía cargaba sobre sus hombros y su corazón como consecuencia de una hija rebelde y descarriada, compartí la siguiente explicación con ella: "Creo que comenzamos a fracasar en el hogar cuando nos damos por vencidos el uno para con el otro. No creo que hayamos fallado hasta que abandonamos los esfuerzos. Mientras permanezcamos trabajando y esforzándonos diligentemente, con amor, paciencia y longanimidad, a pesar de las dificultades o de la aparente falta de progreso, no seremos clasificados como fracasos en el hogar. Sólo comenzamos a fallar cuando nos damos por vencidos con un hijo, hija, madre o padre. Elder Marvin J. Ashton

Los padres de vuestros hijos

DIOS ha dado este consejo que se remonta a lo más recóndito de la memoria del hombre: "Honra a tu padre y a tu madre,para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da,'"Éxodo 20:12. En este sentido, honrar podría significar muchas cosas: amarlos, estimarlos respetarlos; confiar en ellos, aceptar sus consejos, cuidarlos; vivir de una manera útil, justa y moral, Honrar podría significar aprender las lecciones que los padres han aprendido y aun evitar los errores que ellos hayan cometido. Y existe evidencia de que aquellos que honran a sus padres han alargado su paz y felicidad, en la vida, con una satisfacción profunda, y permanente , . . lo cual es algo digno de considerarse. Y ahora volvámonos por un momento hacia los jóvenes, hacia los que aún no han contraído matrimonio, a aquellos que tienen familias jóvenes y a los que todavía tienen la bendición de tener más hijos; para éstos, pronunciamos estas dos frases del élder Tanner: "Los padres que debé