Siento la impresión de hablaros acerca de un programa del sacerdocio que ha sido inspirado desde su iniciación; un programa que llega al corazón, que cambia vidas, que salva almas; un programa que tiene el sello de aprobación de nuestro Padre Celestial; un programa tan importante que, si se sigue fielmente, ayudará a renovar a la Iglesia espiritualmente y a exaltar a sus miembros y familias individuales. Me refiero a la orientación familiar del sacerdocio.
Hermanos, la orientación familiar no es tan sólo otro programa; es la
manera en que el sacerdocio vela por los santos y lleva a cabo la misión de la Iglesia. La orientación familiar no es simplemente otra asignación; es un llamamiento sagradoLa orientación familiar no debe tomarse a la ligera.
Existen tres conceptos fundamentales que son esenciales para una orientación familiar eficaz. Me gustaría analizarlos brevemente.
Primero, familiarizaos con las familias que os son asignadas.¡Realmente familiarizaos con ellas! No podéis servir bien a aquellos que no conocéis bien. El presidente Marión G. Romney recalcó esto: "Cada
pareja de maestros orientadores se debe familiarizar [personalmente] con cada niño, adolescente y adulto de la familia que les sea asignada. "A fin de efectuar cabalmente nuestro deber como maestro orientador, continuamente debemos estar conscientes de las actitudes, actividades, intereses, problemas, el empleo, la salud, la felicidad, los planes y propósitos, las necesidades y circunstancias físicas, temporales y espirituales de cada niño, cada joven y cada adulto en los hogares y familias que hayan sido encomendadas a nuestro cuidado y confianza como un poseedor del sacerdocio y un representante del obispo."
{Priesthood Home Teaching Seminar, 9 de agosto de 1963, págs. 3,4.)
Pero más que todo, sed un verdadero amigo de esas personas o familias a las que visitáis. Tal como el Salvador declaró: "Os llamaré amigos, porque sois mis amigos" (D. y C. 93:45). Un amigo hace más que una visita obligatoria cada mes; un amigo se preocupa más por ayudar a la gente que por recibir crédito por la visita; un amigo se preocupa; un amigo ama;un amigo escucha y llega a sus semejantes.
El segundo concepto fundamental para una orientación familiar eficaz es que estéis bien familiarizado con el mensaje que habéis de presentar en cada hogar; que sepáis también que ése es el mensaje particular que el Señor desea que presentéis a las familias y personas a quienes se os ha pedido servir.Los maestros orientadores deberán tener una meta o propósito en mente y deberán planear cada visita de tal manera que ayude a lograr ese propósito. Antes de hacer las visitas, las parejas de maestros orientadores deben reunirse para orar, revisar instrucciones de los líderes, repasar el mensaje que les presentarán a las familias y para analizar cualquier necesidad especial.
Llevad el mensaje adecuado, y luego enseñad con el Espíritu. El Espíritu es el ingrediente más importante en esta obra.
Permitidme sugerir ahora el tercero y el último ingrediente para una orientación familiar eficaz, o sea que magnifiquéis verdaderamente vuestro llamamiento como maestro orientador. No os conforméis con la mediocridad en este grandioso programa del sacerdocio llamado orientación familiar.
Sed un excelente maestro orientador en todo aspecto de la obra; sed un verdadero pastor de vuestro rebaño. Haced vuestras visitas de orientación familiar con suficiente anticipación los primeros días del mes, reservando el tiempo para visitas adicionales durante el mes, si son necesarias.
Siempre que sea posible, concertad citas para cada visita. Avisad a vuestras familias cuando pensáis visitarlos y respetad su horario.
Poseedores del Sacerdocio de Melquisedec, cuando un jovencito del Sacerdocio Aarónico sea vuestro compañero, adiestradlo bien. Utilizadlo Eficazmente al trabajar con las familias y al instruirlas. Que estos jovencitos sientan el amor que tenéis por la orientación familiar para que cuando ellos lleguen a ser compañeros mayores, amen su llamamiento y lo magnifiquen como vosotros.
Recordad que la calidad, así como la cantidad en lo que respecta a la orientación familiar, es esencial para ser un maestro orientador eficaz.
Vuestras visitas deben ser de buena calidad, pero a la vez debéis comunicaros con cada familia cada mes. Como pastores de esas familias, tanto activas como las menos activas, no debéis conformaros con sólo alcanzar a las noventa y nueve; vuestra meta cada mes debe ser de un cien por ciento.
A fin de que esta orientación familiar sea de calidad, exhortamos a los líderes de sacerdocio a que no asignen más de tres a cinco familias o personas a un par de maestros orientadores.
Exhortamos a los líderes de quórum a que mensualmente efectuéis entrevistas espirituales de orientación familiar, recibáis un informe en cuanto a las actividades de los maestros orientadores, evaluéis necesidades urgentes, hagáis asignaciones para el mes siguiente, y enseñéis, fortalezcáis e inspiréis a los maestros orientadores en sus sagrados llamamientos.
Presidente Ezra Taft Benson - LIAHONA JULIO 1987
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