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Celia es una mujer meticulosa, eficiente y bien vestida que trabaja como secretaria.
¿Qué clase de problema tiene Celia?
—Me atrae un hombre que trabaja en la oficina.
—¿Cómo lo conociste?—le pregunté.
—Todos los días pasa por mi escritorio y hace algún comentario
agradable acerca de mi trabajo, mi cabello o mi ropa. Tiene la habilidad de hacerme sentir como una persona importante. Mi concepto de mí misma ha mejorado cien por ciento desde que él empezó a trabajar ahí.
Una interrogación más profunda reveló que Celia ha sido feliz con su esposo.
—Lo quiero, pero nunca me felicita; nunca me anima y ocasionalmente me critica.
—¿Mereces que te critique?—le pregunté.
—Bueno, generalmente sí; pero lo que me molesta es que no dice mucho cuando hago las cosas bien. No parece notar la manera en que me arreglo el pelo, o cómo me visto, o si tengo un perfume nuevo. Creo que soy una de esas personas a quienes les gusta que les digan las cosas.
Más tarde tuve una oportunidad de hablar con Jack, el esposo de Celia, quien estaba preocupado por el interés que ésta tenía por su admirador en el trabajo.
—Celia sabe que la aprecio y agradezco todo lo que hace; después de todo, le compro lo que necesita. Nuestra casa tiene todas las comodidades, ella tiene su propio automóvil, ¿qué más puede pedir una mujer?—dijo Jack.
—Celia desea exactamente lo que su admirador le provee y exactamente lo que tú has pasado por alto.
Quizás sí le prestas atención, pero en lo que a ella respecta, cree que ni siquiera sabes que ella existe.
¿Por qué?
Porque no se lo dices.
Una mujer sencillamente no cree que todos los cumplidos que recibió antes de casarse sean suficientes para perdurar durante toda la vida conyugal sin que éstos tengan que repetirse una y otra vez.
Jack ha empezado una campaña para elevar a su esposa hasta lo más alto. Lo que dice'no es vana adulación todo es cierto pero antes, simplemente lo pasaba por alto. El ánimo de Celia ha mejorado, así como el aprecio de su esposo por ella. Hay esperanza para este matrimonio.
Demasiados matrimonios se desintegran a causa de la negligencia. Es necesario que todo esposo y esposa se digan cumplidos el uno al otro, no sólo siete veces, sino setenta veces siete, ¡cada mes!
por Iindsay R. Curtís (Consejero medico y Ex obispo SUD)
"SINTOMAS PELIGROSOS DE UN MATRIMONIO ENFERMIZO"
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