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"Para vencer la obscuridad exterior debes vencer primero tu oscuridad interior" es una de las 8 frases que me impacto ayer en el dia de Cine con mi familia en "Las crónicas de Narnia 3" La travesía del viajero del alba, me recordo lo aprendido hace algun tiempo que me ayudo sobre "la prudencia y el orden" y ahora lo comparto.
Por lo general, un equilibrio apropiado no significa que tomemos un sendero y dejemos a un lado los demás, sino que tomemos todos los caminos que sean necesarios, sin excedernos ni ir más lejos de lo que deberíamos para no atrasar nuestro progreso en otras vías por las que nuestro Padre Celestial también desea que andemos. Si es así, entonces es sumamente importante, como lo dijo el élder Richard L. Evans, que "estemos donde debemos estar, cuando debamos estar" y, que "hagamos lo que debamos hacer cuando sea necesario hacerlo", ya que seremos juzgados por las elecciones que hayamos hecho. El equilibrio que nosotros mismos hayamos creado dirá quiénes somos. Ahora, ¿podemos, como Santos de los Últimos Días, esperar lograr el éxito al tomar las decisiones correctas o tratamos de encontrar un equilibrio en nuestra vida?
Los nefitas acababan de sufrir la destrucción de sus ciudades,la muerte de sus seres queridos, el verse separados de sus familias, la pérdida de sus casas y sus posesiones terrenales; habían sobrevivido la confusión y el horror; habían pasado tres días de una obscuridad total e impenetrable. De todos los pueblos de la tierra, ellos tenían mucho por qué orar. Y cuando llegó la mañana, los Doce que habían sido escogidos para dirigir al pueblo hicieron que la multitud se arrodillase y orase al Padre en el nombre de Jesús, tal como se les había enseñado el día anterior. Recordando Su promesa, oraron por aquello que más deseaban, y de todas las cosas por las que hubieran podido pedir, tales como la restauración de la salud a los miembros de su familia, el poder volverse a reunir con sus seres queridos,el restablecimiento de los enfermos y heridos, por sus líderes, por sus enemigos, etc. Pero, ¿qué pidieron? Las Escrituras simplemente dicen: " . . . su deseo era que les fuese dado el Espíritu Santo" (3 Nefi 19:9).
¿Es, pues, de extrañarse que los nefitas desearan por sobre todas las cosas al Espíritu Santo? Sin El, y la capacidad para poder saber lo que debían hacer, no tenían esperanza alguna de volver a su Padre Celestial, ni de hacer las elecciones correctas que les brindarían la felicidad y la vida eterna. Ellos sabían que ese precioso don era el Espíritu Santo. Después de haber pasado un día con el Salvador, los nefitas habían comprendido, quizás mucho mejor que nosotros, los términos que regían su probación; comprendían la necesidad de la intervención divina en sus vidas para ayudarlos a encontrar el camino de regreso al hogar eterno.
Constantemente se menciona en la Iglesia el don del Espíritu Santo. Todos los que hemos sido bautizados poseemos ese don, el cual, si somos dignos, nos aparta y distingue del resto del mundo, ya sea en forma colectiva o individual. En ocasiones he tenido tiempo de orar y meditar antes de actuar bajo la inspiración del Consolador, pero la mayoría de las veces me he encontrado en la misma situación de Nefi " . . . guiado por el Espíritu, sin saber de antemano lo que tendría quehacer" (1 Nefi 4:6). El Señor le dijo a José y a Oliverio: "Y se te dará en el momento preciso lo que has de decir y escribir . . . " (D. y C. 24:6). Y a Thomas B. Marsh le instruyó: "Sigue tu camino, doquiera que sea mi voluntad, y el Consolador te indicará lo que has de hacer y. a dónde has de ir" (D. y C. 31:11). ¡Qué decir! ¡Qué escribir! ¡Dónde ir! ¡Qué hacer! Esa guía, que no se da muy a menudo, sino al enfrentar decisiones sumamente difíciles, es invalorable.
Se ha dado el don; lo que hagamos con él depende de nosotros. A menos que prestemos atención, podremos recibir sus consejos; a menos que oremos, ejerzamos la fe,amemos, obedezcamos y guardemos puro el tabernáculo de nuestro espíritu,no tendremos derecho de reclamar este increíble don. Ruego que vivamos de tal manera que merezcamos la guía del Espíritu Santo para que nos ayude a tomar decisiones sabias y aplicar nuestro conocimiento en todo lo que hagamos.
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